Tratamiento tradicional farmacológico

La endometriosis es una enfermedad que no tiene cura y que los tratamientos que existen son paliativos y tan sólo tratan los síntomas que sufrimos, incluyendo las terapias hormonales y, en los casos más graves, la cirugía.

Es imprescindible que para que cada paciente pueda saber qué tomar y cómo, se haga un proceso de toma de decisiones compartidas entre las mujeres y los profesionales los cuales deben tener en cuenta nuestras prioridades. Las pacientes debemos tener la última palabra sobre nuestro tratamiento.

Para estar más informada y tener todas las posibilidades claras, se puede consultar, por ejemplo la web:

Los tratamientos médicos y/o quirúrgicos pueden mejorar el dolor, el cual es el principal síntoma de la enfermedad y que, por lo tanto, pueden ayudar a mejorar nuestra calidad de vida.

Los tratamientos más comunes son:

El tratamiento quirúrgico tan sólo se indica cuando falla el tratamiento médico o bien, en ocasiones específicas en función de las características de la enfermedad (problemas en la uretra o intestinales, endometriomas en mujeres estériles jóvenes con buena reserva ovárica…). El tratamiento quirúrgico consiste en la extirpación de las lesiones para intentar conservar la funcionalidad uterina y ovárica. En la mayoría de casos, se puede realizar mediante laparoscopia, reservando la laparotomía para casos muy concretos.

Si se quiere preservar la fertilidad, hay que valorar cómo hacerlo antes de una intervención quirúrgica y ver si es necesario la congelación de óvulos.

Hay que decir que la cirugía para quemar los focos de endometriosis no siempre es garantía de mejora ni que la enfermedad no progrese en un futuro. Pueden salir nuevos focos y puede ser que los síntomas no mejoren, aunque hay casos en lo que funciona. Por este motivo es muy importante conocer todas las opciones y tomar las decidiones que mejor nos convengan.

Hay otras opciones quirúrgicas en los casos más graves como puede ser, por ejemplo, la extirpación del útero, extirpación de los ovarios, de las trompas, etcétera.

Se suele recurrir a la cirugía en los siguientes casos:

Tratamiento no farmacológico

A parte del tratamiento farmacológico para tratar el dolor que supone la endometriosis, hay varias opciones terapéuticas que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que sufrimos tanto dolor.

Estos tratamientos incluyen:

Atención psicológica que ayuda a procesar la enfermedad que padecemos, la imposibilidad de hacer todo aquello que queremos por culpa del dolor, cómo tratar con nuestro entorno y, sobretodo, es muy importante en los casos de infertilidad y problemas para conseguir embarazo.

Como hemos explicado anteriormente, la fisioterapia del suelo pélvico ayuda a rebajar el dolor que provoca la endometriosis, a trabajar el tono muscular del suelo pélvico y a mejorar el dolor de los espasmos (hecho que puede tener repercusión en las relaciones sexuales). Es muy importante que cuando busquemos a un especialista en suelo pélvico, la persona esté especializada en endometriosis.
Se cree que la nutrición juega un papel fundamental en la inflamación que provoca la endometriosis. Es importante tratar este aspecto con una persona que sea profesional y que conozca la inflamación que provoca la endometriosis para poder tratarla como es debido y de manera correcta. Cada persona puede necesitar una dieta diferente y personalizada.
La endometriosis es una enfermedad sistémica que implica diferentes órganos y procesos corporales. La medicina integrativa puede ayudar a afrontar los problemas causados por la endometriosis desde una perspectiva global( involucrando, por ejemplo, el sistema immunológico).
Técnicas de relajación como el “mindfulness” o el yoga los cuáles ayudan a soportar el dolor y a remitir los niveles de ansiedad o otras alteraciones psicológicas que sufrimos las pacientes con endometriosis.
El ejercicio físico ayuda a regular el balance hormonal y mejora el estado de salud y de ánimo. Seguir una pauta de ejercicio puede mejorar los dolores provocados por la endometriosis. De nuevo, hace falta seguir una pauta adaptada a las capacidades y estado de cada paciente: hay pacientes que pueden realizar tratamientos intensos y de fuerza. Otras, necesitan ejercicio suave, dependiendo de los síntomas que se sufran y del tono muscular de cada mujer.